Cuestión de tiempo…

Por Itzel Flores Romero

Cuando tuve el boleto de avión en mano, fue cuando por fin comprendí que ningún sueño es demasiado grande o demasiado pequeño como para cumplirse. La mayoría, tiene la aspiración de conseguir un auto al entrar a la universidad y obtener un empleo bien pagado, lo cual no está para nada mal, aunque yo sólo deseaba salir y ver la densidad de las nubes tras el cristal de la ventana del avión, sin importar el destino o las situaciones diferentes que me tocaran vivir.

No creí que iba a vivir durante un año fuera de México hasta que tuve el boleto de avión, algo que me hizo soltar algunas lágrimas de felicidad, y más porque había esperado esto durante tanto tiempo. Lo había anhelado.

Salir de intercambio era como una de esas metas que escribes cuando estás en la secundaria, que cuando en la preparatoria te preguntan sobre plan de vida lo incluyes, y en la universidad, es el plan en el que quieres concentrarte antes de pensar en prácticas, servicio social, tesis y empleo.

Esa era mi prioridad. Lo fue.

Itzel Flores recuerdos de Korea.

Y citando a Lao Tze, ese ha sido el primer paso de un viaje de mil millas que estoy dispuesta a recorrer constantemente porque estaba ansiosa por vivir algo así, y al final valió tanto la pena (lo valió todo) que estoy pensando seriamente en cómo volver.

Con un paso a la vez, al llegar al aeropuerto de Incheon, aún seguía sin creerlo. Creo que era demasiado surrealista para mí, y aunque pude haber tenido el famoso choque cultural, había estado siempre a la expectativa de algo como esto que pareció no afectarme, y si lo hizo… realmente no me di cuenta.

Con un par de pasos más, estaba en la estación de tren de Hyehwa, dispuesta a perderme sin saber a dónde ir, sin conocer a nadie y con la esperanza de encontrar la disquera de mi banda favorita solo para creer que podría verla por un segundo. Y aunque no ocurrió, al final, terminé por ver tres de sus presentaciones, por ser invitada de la estación de radio Arirang y por conocer a mi locutor favorito.

Al perder la cuenta de los pasos que di, aquellos que me llevaron a Hongdae de fiesta, a Gangnam por un café con mi amiga Ju Hee, a los karaokes para desestresarme, a Dongdaemun History and Culture Park para ver a Lunafly y a Yeouido a ver las flores de cerezo, comencé a hacer historia en un país distinto en el que coincidí con experiencias, amigos y hasta familia que echo de menos ahora mismo. Y esos… son pocos pasos que puedo recordar.

Unos pocos que me llevaron a lugares significativos.

Tal vez son cosas sencillas, pero el hecho de escribir sobre ellas hace que mi piel se erice y añore esos días en los que tal vez no puedo volver, pero que tal vez en un futuro no muy lejano, podré repetir esa ruta para encontrarme con eso que puedo llamar felicidad.

Las oportunidades aparecen en la vida, si eres afortunado y la dejas pasar por una vez, quizá… Sólo a veces, se vuelven a presentar. Pero es importante también saber aprovechar los momentos que se nos ofrecen.

Recuerdos de Korea. Foto por Itzel Flores.

Sólo sé que mi corazón encontró un lugar donde también puede ser llamado hogar, donde estoy tranquila y donde sé que volveré…

Sólo es cuestión de tiempo.

Foto por Itzel Flores.

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